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La visión artificial como medida de seguridad en la conducción

La inteligencia artificial aplicada al automóvil está en boca de todos: Cada día aparecen centenares de noticias sobre asombrosos coches autónomos conduciendo por nuestras ciudades que nos llevan a imaginar un futuro revolucionario.

Probablemente esta proyección se debe a recuerdos de nuestra infancia, donde películas llenas de robots capaces de interactuar con los seres humanos nos hacían soñar con un futuro fantástico . De hecho a todo el mundo nos fascina la idea de máquinas capaces de hacer nuestro trabajo, ayudarnos en casa o lo que ya es una realidad: conducir por nosotros.

Pero la realidad es mucho más simple y compleja a la vez: la “visión artificial” es solo una expresión referida a algoritmos capaces de reconocer patrones en el interior de una imagen.

En otras palabras, los dispositivos de visión artificial utilizados por el sector del automóvil basan su tecnología en su capacidad para reconocer patrones de “peatones”, “ciclistas” y otros vehículos.

La visión artificial se basa en reconocer patrones de peatones, ciclistas y demás actores que intervienen en la conducción

Aunque dicho así suena simple, hay que considerar que estos dispositivos nunca se cansan ni se distraen: esa es su principal ventaja. Las estadísticas revelan que el 80% de los accidentes automovilísticos se deben a distracciones del conductor. En este sentido es evidente como un dispositivo de visión artificial puede ayudarnos en aquellos casos en los que se dan distracciones en la conducción y no conseguimos detectar a tiempo una situación de peligro.

 

 

Cuando la máquina supera la capacidad humana

Pero además, en los últimos años la visión artificial ha llegado a superar las capacidades humanas gracias a los sensores de última generación: existen de hecho cámaras como las termográficas que pueden ver a través de humo, niebla y nieve.

Las cámaras Lidar miden con un margen de error muy pequeño la distancia entre los objetos.

Además todos estamos ya acostumbrados a las imágenes de las cámaras infrarrojas que ven en completa oscuridad.